Mi nombre es Julia, pero mis amigos me llaman Juls.

Aunque vivo en otro lugar actualmente, mi corazón es jericano. Por si no lo conocéis, Jérica es un pueblo precioso del Alto Palancia, en el interior de Castellón.
Me encantan los animales y lloro cada vez que les pasa algo en las películas y en la vida real. Mi perrita se llama Terra y es uno de los seres que más quiero en este mundo.
Me encanta el maquillaje y soy una loca del skincare (soy la que siempre te recuerda la importancia del protector solar).

Mi comida favorita es el cocido, y tengo el superpoder de poder comerlo hasta en verano, a 50 grados a la sombra.
Me lo canto y me lo bailo todo, pero reconozco que el rock y el rap me ponen la piel de gallina y me hacen conectar con muchas emociones y recuerdos.
Me encanta pasar tiempo con mis amigxs y mucho mejor si es haciendo lo que más nos gusta: comer cosas ricas mientras jugamos a juegos de mesa y divagamos sobre cómo arreglar el mundo.

Siempre me ha generado mucha curiosidad el funcionamiento humano y he tenido un marcado sentido de la justicia desde que era pequeña, por eso decidí estudiar Trabajo Social. Una vez acabada la carrera, decidí especializarme en el ámbito de las conductas adictivas y, en ese momento, empezó mi andadura profesional.

He trabajado 10 años en una C.A.T.A (centro de atención y tratamiento de adicciones) en Valencia. He acompañado día a día a personas con problemática adictiva y sus familiares, tratando de manera transversal muchas otras problemáticas (duelo, ansiedad, depresión, violencia de género, etc.). Todo ello al lado de un equipo profesional tremendamente humano que me ha enseñado todo lo que sé y que, a día de hoy, considero amigos.

Durante estos 10 años he sentido la necesidad de ampliar mi formación y de encontrar mi espacio y mi manera de hacer en el mundo laboral. Es entonces cuando decidí formarme en Trabajo Social Clínico, siendo un antes y un después para mí en lo personal y en lo laboral.

Validé lo que hacía, me empoderé y mejoré profesionalmente y ahora ya puedo decir con absoluta certeza que las Trabajadoras Sociales Clínicas podemos ejercer la psicoterapia.
Con todo esto y varias formaciones más, en Diciembre de 2024 dejé mi puesto de trabajo y me dispuse a buscar trabajo cerca de donde vivo. Me inscribía a ofertas que no me resonaban y cuyas condiciones tampoco me satisfacían. Llegados a este punto, tenía dos opciones: conformarme con lo que había y trabajar bajo una metodología con la que no me identifico o lanzarme a la piscina.

¿Y si sale mal?

Pero, ¿y si sale bien?
Y de la ilusión al hacerme esta pregunta, nace Dalmases.Psicosocial.